Terminé ayer “El último barco” de @domingovillar_, lamentando no haberle conocido en vida. Sus libros eran de esos eternos pendientes que a veces no tienen cabida nunca. Me animó mi admirada @dolores_redondo a leerlo cuando falleció, y la última aventura del inspector Leo Caldas y su ayudante Rafael Estévez, terminó ayer. Gracias Dolores por recordarnos a los amantes de la novela negra que hay que seguir leyendo a este autor. Solo me queda “Algunos cuentos completos”. Será en otoño.
Me ha maravillado cómo en las más de setecientas páginas, el autor utiliza más de quinientas para hablar de una desaparición. Su lenguaje pausado pero atractivo, ágil y potente invita a leer y leer y a ponerte en la piel del inspector para contemplar todos los actores, toda la acción que se nos muestra y decidir qué ha ocurrido. Mónica Andrade está presente en cada página a pesar de tener solo un esbozo de ella en el primer capítulo. Impresionante.
Todo ello paseando por Vigo, degustando sus vinos y sus platos gallegos, con unas descripciones bellas e interesantes, que hacen que queramos viajar inmediatamente a la ciudad para compartirlas con Leo Caldas. Mis recuerdos de la ciudad son de niña, con mi familia, y de hace algunos años con mi hija. Ahora tengo una visita pendiente para recorrerla con el inspector y su ayudante.
Magistral también es su descripción de la Escuela Municipal de Artes y Oficios, su manera de hablar acerca del taller de cerámica y la creación de instrumentos musicales.
Quedarán algunas incógnitas de la vida del policía sin resolver. ¿Qué pasó con Blanca, hacia dónde camina con Elvira, dejará el programa de radio…?
Pero eso ya es otra historia.
¿La habéis leído? ¿Y las otras novelas de Villar? Contadme.
Si os gusta la novela negra no dejéis de hacerlo. Se disfruta cada página.