Tomo de Hans Christian Andersen el título de mis pensamientos.
El placer de viajar es fundamental en la vida.
Se comienza viajando con la elección del lugar, los días, los sitios a visitar…
Da igual si es cerca, al lado de casa, o lejos, a otros países.
La planificación forma parte de viajar. No disfrutaremos tanto si improvisamos demasiado o si no preparamos lo suficiente.
El alejarte de tu vida cotidiana y soñar con otros mundos, otras costumbres, otras personas, otras formas de vivir abren la mente, algo muy necesario en nuestros días.
Dijo Henry Miller que “Nuestro destino de viaje nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”. Se cumple por completo cuando visitas lugares que son muy diferentes a la forma europea de ver la vida. He tenido la suerte de viajar a Jordania, Egipto, Israel o Vietnam, y de esos lugares tan distintos he traído en mi maleta muchas enseñanzas.
Quizá la más importante es la de aprender a mirar con sus ojos, con otros distintos a nuestro estándar. Siempre creemos que lo conocido es lo bueno, lo que entendemos y viajar te da la posibilidad de encontrar una nueva mirada que nunca imaginaste.
Somos capaces, incluso estando pocos días en ciudades o pueblos distintos al nuestro, de conversar y comprender cómo piensan esas personas, las diferencias que nos separan y los sentimientos que nos unen.
Javier Reverte, experto viajero decía que “La aventura de viajar consiste en ser capaz de vivir como un evento extraordinario la vida cotidiana de otras gentes en parajes lejanos a tu hogar”.
La belleza de la experiencia de mi reciente viaje a Marrakech pasa, además de conocer palacios, jardines, zocos, mercados, riads… por entender a sus gentes, sus diferencias culturales, sus necesidades y sus problemas diarios. Esas conversaciones con guías (solo he visitado el sur) tanto de la capital como de los pueblos bereberes, los intercambios con los habitantes de las montañas del Dades o de las jaimas en el desierto de Merzouga, gente amable que busca tal vez una vida mejor, más igual. Eso no quiere decir más occidental; solo, y no es poco, más justa.
Mi opinión desde fuera es que les falta educación. La enseñanza es un bien fundamental del que carecen, porque no es obligatorio. Va siendo más normal, en niños y niñas. Daba alegría verlos por la carretera ir hacia las escuelas con su mochila a la espalda. Es el primer paso. Les queda mucho para cambiar una mentalidad que sigue discriminando a las mujeres, porque en el medio rural todavía es muy compleja la evolución. Mientras la religión forme parte de la política les costará mucho avanzar. En Marrakech es distinto: las mujeres estudian, trabajan… y van tomando decisiones. Todo tiene su tiempo.
Lo que es indudable es que es un pueblo amable, alegre y cariñoso. Y hacen que tus vacaciones se conviertan en un recuerdo imborrable.
La fecha
Su secretaria le confirmó la cita. El lunes próximo tendría que firmar los papeles. Miró la fecha en el calendario y se preguntó por un momento cómo había llegado hasta allí, cómo habían llegado hasta allí. Noviazgo, amor, una casa, tres hijos... Tal vez nunca...