Leo este librito de @nuevoscuadernosdeanagrama para participar en el #clubdelectura de @cruca y @solangevernon en @espacioatella #deleitandoletrashilvanandohistorias.
En primer lugar debo decir que se aprende mucho. Vengo de una familia de madre modista pero no sé coser. Tengo buen ojo para ideas, modelos y para ver qué favorece a las personas cuando buscan una prenda especial.
De niña me agobiaba eso de ir a la tienda a elegir telas que no se convertirían en prendas de ropa al menos hasta dos meses después. Mis amigas iban a los grandes almacenes y salían con la ropa dispuesta a estrenar. Pero reconozco que a ninguna le hizo el traje de novia su madre.
Lo que intenta explicarnos la autora es lo contaminante que se ha convertido esta industria y lo contaminante que resulta ir de compras por diversión.
Invita a la reflexión sobre un mundo que desconocemos y al que sólo nos asomamos a través de los escaparates.
<<La sostenibilidad no es una tontería de cuatro inconformistas ni una moda pasajera. Existe desde hace siglos con otros nombres:responsabilidad, moderación, cuidado>>.
Me he sentido mal por la última camisa vaquera que me regaló mi marido en nuestro aniversario. El denim es áltamente contaminante para nuestros océanos. Pero sólo desde hace algún tiempo habíamos oído que se consumían altas cantidades de agua en su fabricación.
Me ha encantado el resumen que hace la autora sobre vestir bien:
<<En el atuendo debe quedar un espacio para la intuición, la imperfección, la excentricidad y la diversión. Basta un poco de sensatez y un espejo de cuerpo entero en casa>>.
Yo me volví más sensata desde que dejé de ir a una oficina. Lo social a veces nos nubla el sentido.