Hace unos días viajé a Italia. Pasaba por Milán unas horas y no conocía Il Duomo. Con buena previsión, sacamos las entradas por internet. Había una diferencia de precio de seis euros dependiendo si subías al tejado en ascensor o andando.
Una va teniendo una edad y la tentación de no subir las escaleras andando era grande. Sólo 165 peldaños más 50 (desde el ascensor a la terraza). El problema es que los dos días anteriores nos habíamos recorrido los
senderos de Cinque Terre: de Monterosso a Vernazza y de Vernazza a Corniglia. No por largos, sí porla cantidad de escaleras en piedra de su recorrido.
Pero el orgullo de subir andando desde el Campanile de Florencia o el campanario de la Catedral de Salamanca (entre otras muchas escaleras ( Vaticano, Santiago de Compostela, Lérida, Laguardia…) me impidió pagar los seis euros. Las piernas respondían y apenas se notaban las agujetas del trekking.
No hay que rendirse. Cuando estás a punto de finalizar los cincuenta y todos tienes la tentación según se acerca el fin de década y el comienzo de la nueva, tienes la tentación, digo, de sentirte mayor. Es fácil poner la excusa de no puedo, no soy capaz, me cuesta… pero si retrasamos esos “noes” será mucho más fácil decirnos sí.
Sí soy capaz, sí puedo, sí me lo merezco… la vejez, la incapacidad, muchas veces está en nuestro pensamiento, y tenemos que ser capaces de dejar volar nuestra imaginación y conseguir esas pequeñas metas que nos da la vida.
<<Hay que combatir el pesimismo de la inteligencia con el optimismo de la voluntad>> decía Gramsci, y, por supuesto, los seis euros ahorrados que sirvieron para un gelato dieron para el optimismo que genera aprovechar el poco tiempo disponible en Milán y hacerlo con el ánimo físico de subir y bajar escalones como si no hubiéramos andado ni cinco minutos.
La felicidad, esas pequeñas cosas que te hacen disfrutar son el comienzo de un verano prometedor. ¿Terminaré mi última novela? Seis euros por tus pensamientos. Es un buen precio. Recuerdo en mi juventud el penique por los pensamientos de los integrantes de Los cinco de Enid Blyton. También hay revalorización económica con el paso del tiempo.
Feliz verano.