Después de una cena ligera preparó dos platos con doce uvas cada uno y se dispuso a esperar que dieran las doce en el reloj de la Puerta del Sol en Madrid viendo la televisión.
Todos habían intentado llevárselo a su casa esa noche. No querían que estuviera solo. Pero él había decidido compartir la entrada del año nuevo con su recuerdo. No esperaba la visita de un fantasma pero sí el aroma y el color de las últimas navidades juntos.
Cuando tras los cuartos el presentador anunció que empezaban las campanadas, se fue la luz. José María no sabía qué hacer. Pero se puso a comer las uvas al ritmo que suponía que iban. Volvió la señal al televisor justo cuando aplaudían todos tras la última campanada y él tomaba su última uva.
<<Te prometo María Luisa –dijo mirando al plato de su mujer difunta– que las tuyas me las tomo bien con el horario de Canarias>>.
La fecha
Su secretaria le confirmó la cita. El lunes próximo tendría que firmar los papeles. Miró la fecha en el calendario y se preguntó por un momento cómo había llegado hasta allí, cómo habían llegado hasta allí. Noviazgo, amor, una casa, tres hijos... Tal vez nunca...