El psicólogo Cliff Arnall hace algo más de veinte años que a través de una fórmula matemática decidió cuál sería el día más triste del año y las cuentas colocaron como día fatídico el tercer lunes del año.
En inglés “to feel blue” que podríamos traducir literalmente como “sentirse azul” equivaldría a nuestro “estar hecho polvo”.
Se supone que el día 15 de enero de 2024 correspondería a esa denominación que aunaría mal tiempo atmosférico, el paso de las fiestas navideñas, las deudas contraídas por las mismas y por las rebajas o simplemente darnos cuenta ya a mediados de enero de que los propósitos de año nuevo no se van a cumplir.
A lo largo de la Historia ha habido compañías que han utilizado este concepto para su propio marketing. Cualquier idea es buena para vender y que algunas personas sientan que se encuentran mejor por comprar ese día.
Tal vez algo tan simple como la ausencia de productos con azúcar de las fiestas de diciembre coincida con la tristeza que supuestamente manifestamos. También se acaban las vacaciones, aumenta el estrés y los horarios de sueño modifican nuestro comportamiento.
O quizá mirar por la ventana y que no haya un sólo rayo de sol, que la calefacción parezca que no calienta lo suficiente, que salgamos a la calle y haga más frío de lo habitual y que el próximo viaje que podemos planear y permitirnos queda todavía lejos, supone que sí, que mañana, 15 de enero, sea un día triste. ¿El más triste del año? Depende de tu propio planteamiento.
Para mí quizá sea hoy un día más triste porque en mi casa “suena el silencio”. Se acabó la sorpresa de Reyes, mis hijos regresaron a su casa y a sus vidas y como “mamá gallina” siento ese silencio aunque recuerdo la semana mágica que me han hecho vivir y sólo puedo dar gracias.
Para contrarrestar ese “Blue Monday” que se avecina mañana recordad siempre: Buenos días, buenas tardes, buenas noches, por favor y gracias. Siempre gracias. Siempre con una sonrisa. Siempre abiertos al agradecimiento.
Porque estamos aquí, porque estamos vivos, porque tenemos derecho a la felicidad.
Aunque sea “Blue Monday”.