No vamos a preguntarnos qué libros elegiríamos para llevarnos a una isla desierta porque lo más probable es que si uno acabara en una isla desierta llegaría con lo puesto. Y seguro que si se puede escoger, mejor tener cerca un manual de supervivencia.
En este mundo tecnológico en el que todo está al alcance de un clic parece contraproducente seleccionar sólo una obra, o tres, o cinco. Tenemos todo lo que queremos con sólo una conexión a internet.
Pero para los amantes de los libros y la literatura, el contacto físico con el papel es siempre importante; algo casi místico. La emoción de abrir un nuevo volumen, su olor, su textura, sea de un montón de pendientes que forman una columna, o la última novedad a la que no nos hemos resistido en la visita a una de nuestras librerías preferidas, es insuperable. El que lo probó, lo sabe.
Pero a la hora de elegir cuáles son esos libros que deberían ser leídos nos perderíamos en listas interminables que podrían decantarse hacia unos géneros u otros dependiendo de las apetencias personales del lector.
Me atrevo hoy a seleccionar tres que he leído muchas veces y que suele ser una pregunta incómoda porque no todo el mundo se atreve a reconocer que no los ha leído.
Don Quijote de la Mancha
Creo que nadie dudaría si dijéramos que Don Quijote de la Mancha (1605) de Miguel de Cervantes es uno de los imprescindibles de la literatura universal. Todo el mundo sabe más o menos de qué va, pero ¿lo ha leído todo el mundo?
Mi padre siempre me recomendó que lo leyera, pero me limité a pasar unas cuantas páginas sin más. Por mis estudios tuve la “obligación” de leerlo, y bendita obligación. Admirado y denostado, es un libro que debe leerse sin prejuicios, con amplitud de mente y sin fijarnos en cuántas páginas tiene. Si somos capaces de leer “El pacto del agua” de Abraham Verghese o “Lejos de Luisiana” de Luz Gabás con muchas más páginas de lo razonable, no debería asustarnos para nada El Quijote.
Don Quijote y Sancho forman un arquetipo universal con un humor que aún hoy nos sorprende en su lectura. Los personajes, las acciones, los escenarios… todo lector o escritor que se precie debe leerlo. Probablemente es una de las mejores escuelas de escritura del mundo.
Cien años de soledad
La obra completa de Gabriel García Márquez es susceptible de ser leída y estudiada. Tal vez Cien años de soledad (1967) destaca entre sus otras obras por haber sido capaz de crear un escenario diferente en el que a través de su prosa y sus diálogos nos presenta la vida y la muerte.
Nos muestra la historia de Macondo y los Buendía en medio de momentos históricos en Colombia. Su comienzo es inmejorable:
<<Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo>>.
Lo que supuso esta novela en la escritura de la segunda mitad del siglo XX nos ha hecho olvidar muchas otras obras del autor que sin duda se encuentran entre mis favoritas como El amor en los tiempos del cólera, una de las más bellas historias de amor jamás contada (y tan bien contada).
Nada
Carmen Laforet tuvo la osadía de alzarse con el Premio Nadal concedido el 6 de enero de 1944 con su primera novela, Nada en la primera convocatoria de uno de los premios más reputados de las letras españolas.
Una novela que marcó un antes y un después en la literatura escrita por mujeres. Andrea llega a estudiar a Barcelona y la vida no será como ella la ha imaginado. Posguerra, soledad, independencia… Calidad y aperturismo en una época oscura, gris y censora en la literatura. Gracias a que la censura no sabía a veces leer entre líneas.
Cuando la leí por primera vez con dieciséis años me impresionó la frase: <<De la calle de Aribau no me llevé nada>>. A mí entonces me pareció que la protagonista se había llevado mucho.
Laforet abrió paso a una literatura escrita por mujeres que anticipó a Carmen Martin Gaite o Ana María Matute con obras inspiradoras para los escritores españoles de finales del siglo XX.
Si no habéis leído ninguna de estas tres obras os recomiendo que os pongáis manos a la obra. Cualquier novela actual la entenderéis mucho mejor con estos clásicos previos.
No quiero alargarme con interminables listados. Os iré contando obras que creo que hay que leer. Clásicos de siempre que serían número uno en la actualidad si no hubieran sido publicados en su momento. Sólo hay que hacer un hueco en esa lista de pendientes y “colar” a los clásicos.
¿Os animáis a su lectura en 2024?