Reseña de Las Señoritas de Enrique Andrés Ruiz
Termino de leer #lasseñoritas de #EnriqueAndrésRuiz con melancolía y lágrimas de emoción por ese pasado que representa a madres y abuelas.
Estuve en la presentación que hizo de su novela en la @libreriaalberti de Madrid porque su historia, sus historias, nos muestran un momento en el que yo estoy escribiendo mi tercera novela, y me parecía un planteamiento complementario a lo que estoy contando. Escuché hablar del libro en @hoyporhoycadenaser y reseñarlo a @laurarinonsirera. Lo tenía todo para gustarme.
Una historia bonita, muy bien escrita por un poeta, con un lenguaje precioso casi olvidado en las prisas de nuestro siglo XXI. Las señoritas son esas mujeres de mediados del siglo XX, que arrastraron las consecuencias de una posguerra, que quisieron ser libres sin serlo, que estudiaron pero no fueron independientes, a las que la vida les fue marcando el paso que probablemente no se hubieran marcado ellas.
<<Recontar imágenes no es contar historias: es recoger agua con cestas. Las historias sobreviven a quienes las cuentan, las leyendas. Son completas, delimitadas, enfocan lo que ven: una lección de óptica. Pasan de generación en generación. No pertenecen a la vida, se suman al mundo y lo refutan. Vivir en el tiempo es otra cosa. Cantar, caminar se consumen en el instante, son actos únicos. Se modifican a cada momento, con cada intérprete que ejecuta la partitura>>.
Tres hermanas, Mercedes, Emi y Dedi y sus amigas y primas, Charo, Mila. Las capitales de provincia, los pueblos y Madrid. Una visión casi fotográfica de un pasado cercano pero olvidado. Sólo los que conocimos a alguna de estas mujeres revivimos esas historias que se quedarán con nosotros para siempre.
La novela coral transcurre en torno a la vida de Dedi, sus ilusiones, su vida incompleta pero feliz siempre a su manera. La ternura de la última Dedi que guardamos en nuestro corazón al terminar la novela…
¿Queréis historias bonitas?
Leedla. Despacio y con amor. Escrita con una prosa poética que invita a recorrer cada página con tranquilidad, sin prisas, para apreciar mejor su belleza.