Feria del Libro de Madrid de 2024
En breve tenemos la @ferialibromadrid un año más abriendo sus casetas. Será del 31 de mayo al 16 de junio. Y yo me pregunto ¿Dónde podría firmar yo? A ti me dirijo @amazonespana, ¿Dónde podría firmar yo que publico en tu plataforma?
No es la primera vez que os cuento esto, porque ya hace cuatro años que publiqué mi primer libro con @amazonespana. Lo tenía en un cajón olvidado tras haberlo presentado a un par de concursos. Líneas paralelas. Se paró nuestro tiempo y aproveché para utilizarlo maquetando en @amazonkindle su primera edición. Después vino aprendizaje y correcciones hasta que vio la luz meses después el mismo libro en papel. Dos años después publiqué de forma simultánea en @amazonkindle y en papel mi segunda novela, Y la vida se detuvo.
Escritores autopublicados.
Sé que los escritores autopublicados y autoeditados no tenemos derecho a un espacio en este tipo de ferias y que sólo accedemos a la firma de libros en lugares reducidos: he firmado en casa de amigos (@pepa.lopez.106), en la librería @velazquez_lp_libreria, en la plaza del pueblo de Hoyocasero en Ávila, en la biblioteca pública Rafael Alberti de la Comunidad de Madrid (@libroscmadrid), pero no tengo un espacio donde firmar en la Feria del Libro de mi ciudad.
Entiendo que en el mundo editorial actual es muy complejo hacerse un hueco. Cada día se publican 250 libros en España.
El Ministerio de Cultura anunció que en 2022 se inscribieron más de 92.000 obras con ISBN.
Los datos de este informe apuntan que la edición digital sigue creciendo; el número de títulos editados se incrementó el 7,4% hasta los 25.966, lo que ha permitido que la oferta de títulos en soporte digital comercializados se sitúe en los 193.853 títulos.
Opiniones sobre la autopublicación
Escritoras como Espido Freire aseguran que hay que pasar un filtro para escribir. Para los autores consagrados el filtro es que una editorial de reconocido prestigio decida publicar una obra. Se supone que ellos facilitan la corrección de estilo y ortotipográfica, el diseño, la maquetación y deciden qué vale y qué no de un texto original.
Otras escritoras como Dolores Redondo te animan a que pelees por tu sueño y que intentes primero seguir leyendo y escribiendo para aprender, para mejorar.
Y yo me pregunto si el gigante Amazon no pondría un puestecito que poder alquilar por horas para todos esos autores que no tenemos editorial, que hemos cumplido un sueño a medias porque publicamos, porque nos leen unos poquitos, pero no tenemos ni difusión, ni nombre, ni espacio.
El síndrome del impostor
¿Puede que lo que escribimos sea malo, no valga, no merezca la pena? Cuando el síndrome del impostor acecha (muchas más veces de lo que uno cree) dan ganas de dejar de escribir. Meter las hojas en los cajones o esconder los ficheros en el ordenador y dedicarnos sólo a leer. Es más gratificante y menos doloroso.
Pero cuando dentro de ti se encuentran un montón de historias que contar cuesta mucho no escribirlas. Cuando consigues tener el tiempo de tu parte y eres capaz de convertir las veinticuatro horas de cada día en cuarenta y ocho (una aspiración que tenía mi padre; encontrar un reloj con el doble de horas para mí) diversificas para llegar a todo. Continúas con tu gran novela pero también intentas jugar con tu creatividad y participas en concursos de relatos cortos o microrrelatos.
Para mí es un ejercicio de creatividad. Aprender a redactar con el tiempo controlado o con frases determinadas o con un número de palabras concreto. La belleza de construir historias y personajes que tienen que ajustarse a unas determinadas normas hace que se crezca como aprendiz de escritor. Es un reto imaginar con algo preconcebido y te sientes satisfecho cuando consigues hacer un relato redondo, cuando piensas que puedes emocionar, que tal vez consigas que le guste leerlo a alguien.
Sueños
En los próximos días se fallan varios de estos concursos y el cuento de la lechera es inevitable porque ser finalista en alguno de ellos sería siempre una oportunidad para dar un paso más, para poder acceder al mundo editorial real.
De momento seguiremos escribiendo, seguiremos soñando y seguiremos pidiendo a los directivos de Amazon España un sitio para poder firmar nuestros libros, para poder darnos a conocer a más gente, no sólo a familiares y amigos.