¿Cómo sobrevivir a la pantalla en negro del móvil?
Me iba de viaje. Contesté algún Whatsapp, reenvié una foto, hice una llamada telefónica. Todo a punto. Basura tirada. Plantas regadas. Todo organizado.
Me subo en el coche. De copiloto. Miro el reloj del móvil y enseguida se apaga la pantalla. Anoche llegué tarde del club de lectura. Puede que no tenga batería. No lo conecté bien.
Enchufo al cargador del coche. Tengo pendiente contestar un par de correos durante el viaje. Salimos de Madrid. El teléfono no se enciende. Empiezo a tocar botones. No se enciende. Investigo en el móvil de mi marido. El teléfono funciona pero la pantalla no. Eso quiere decir que el teléfono no funciona.
Tengo pendiente alguna noticia; espero escribir mi último microrrelato; me tienen que llamar de un seguro… pero no existo. La pantalla de mi móvil está en negro. Acabo de empezar las vacaciones. No habrá fotos. No habrá videos. No habrá post en Instagram.
¿Estamos preparados para una pantalla en negro? ¿Somos capaces de sobrevivir sin móvil? Creo que no. La adversidad nos puede.
¿Hay lugar en el camino donde puedan solucionar el problema? Hay lugar.
¿Merece la pena parar para solucionar el problema? Merece la pena.
¿Podemos vivir sin móvil? Creo que no.
Asi que paramos en el lugar adecuado donde personas muy eficaces solucionaron el problema. Algo se pierde siempre en el camino: teléfonos, conversaciones, fotografías… pero la nube siempre nos rescatará del vacío absoluto. Se pierden cosas, pero no todo. Lucharás con tu memoria y con tus claves y al final tendrás casi todo. Nunca todo. Todavía no serás consciente de las pérdidas. Probablemente se corresponda con la selección natural de las especies.
Permanecerán los más fuertes: las imágenes guardadas con copia de seguridad; los microrrelatos escondidos en la nube; las conversaciones antiguas de Whatsapp; los correos de hace diez años…
Eso quiere decir que no debes llorar por las pérdidas. En algún pliegue del móvil se encuentra la última foto que hiciste a tu madre, el penúltimo viaje con tu hija o el selfie familiar en el cine.
A la vuelta de las vacaciones intentarás rescatar a través del ordenador los restos de tu antiguo dispositivo, que ya has reemplazado en tu vida y en tu corazón. Somos infieles por naturaleza. El antiguo no te permite ver, no te deja escribir, se niega a responder consultas y no te da los buenos días ni las buenas noches. Su pantalla continúa en negro y ya no puedes quererle.
Bienvenido el último modelo que me permite contarte esta historia, querido lector, que me deja contarte mi historia, que puede ser la de cualquiera en un inicio de vacaciones.
¿Y tú? ¿Sobrevivirías a una pantalla en negro?