Como seguidora del tenis mayoritariamente español me han dejado perpleja los titulares negativos que ha suscitado la última derrota de uno de nuestros mejores y más jóvenes deportistas en la actualidad.
Tal vez me salga de mis cartas de domingo noche pero el tema del deporte de competición es una asignatura pendiente en mis escritos ya que viví años ligada a dos deportes y dos deportistas que disfrutaron y sufrieron a partes iguales el competir en la élite desde temprana edad.
Leer “Alcaraz pierde el control”; “El apagón mental de Carlos Alcaraz” o “El peor momento de Carlos Alcaraz” me llevan a pensar que solo estamos al lado del que gana. Aquello de “lo importante es participar” me imagino que lo dejamos para los que pierden, para que se consuelen los jugadores que no destacan.
Malas enseñanzas para la juventud si solo nos fijamos cuando triunfan.
Me viene a la mente el caso de Simone Biles, excepcional deportista a la que cuando quisimos darnos cuenta los titulares la machacaban por no haber dado lo que se esperaba de ella. ¿Y qué esperamos? ¿Sabemos el sacrificio que hay detrás de cualquier deportista, de cualquier competidor en cualquier competición? ¿Nos preguntamos acaso a todo lo que tiene que renunciar un deportista que queda cuarto o quinto en unas olimpiadas?
No. No nos preguntamos esas cosas. Solo cuestionamos el no haber conseguido más medallas. ¿Y las federaciones? ¿Ayudan lo suficiente? ¿Proporcionan medios para poder entrenar en las mejores condiciones y no abandonar los estudios? ¿Qué apoyo mental se proporciona en los comienzos?
No olvidemos que la mayoría de los deportistas que triunfan en nuestro país lo hacen en sus inicios apoyados por sus familias, por sus esfuerzos económicos y físicos. Los horarios de entrenamiento normalmente son incompatibles con colegios, institutos y universidades. Hay que sacar tiempo, utilizar vacaciones y ahorros para competir al principio, conseguir puntuaciones y con un poco de suerte que alguien se fije en esos chicos y chicas que destacan en algo.
Pero hasta que llega el mínimo de ayuda son las familias las que sufragan los gastos y muchas veces sin asesoramiento que apoye los pasos que van dando. Los grandes equipos, las grandes corporaciones ponen psicólogos e infraestructuras para que cada vez más personas que se dedican al deporte profesional puedan progresar y llegar lejos.
Carlos Alcaraz es un buen ejemplo de cómo llevar la carrera profesional de un deportista, pero no olvidemos que tiene un fantástico equipo y una mejor familia a su alrededor, pero también tiene 21 años y muchos triunfos ya a sus espaldas. Cuando tienes 19 años y te comes el mundo no tienes la presión que sufre él ahora.
Y de todas formas, escuchemos a Toni Nadal: “Ningún deportista , en ninguna disciplina, rinde siempre al máximo nivel. Ni Bolt, ni Phelps”. “Nunca he escuchado hablar ni leído acerca de la presión a la que está sometido un cardiólogo-cirujano que día tras día lleva a cabo largas operaciones en us pacientes bajo la extrema responsabilidad de tener la vida de ellos en sus manos; ni de su necesidad -que seguro que la tiene- de hacer periódicas pausas para su saludable recuperación”. (El País, 01/09/2024).
Está bien leer estas reflexiones. También las declaraciones de Paula Badosa: “Se le tendría que hacer la ola cada día”acerca de Alcaraz.
Alguna vez he escuchado a amigos y vecinos decir que no, que Alcaraz no va a ser como el trío del “Big Three”.
Pues no. Alcaraz va a ser y es Alcaraz. Con sus cosas buenas y malas. Pero ¿qué queremos más en un año después de una lesión? Dos Grand Slams y una medalla de plata olímpica. ¿Os parece poco?
No creo que le llegue desde aquí mi apoyo y mi admiración por su trabajo, el de su equipo y de su familia, pero desde luego, me quito el sombrero. Solo puedo decirle que sonría más. Cuando vuelva a ser capaz de disfrutar con lo que hace volverá a encontrar ese tenis que tiene y que le sale por las orejas, y todos a disfrutar con él. Y si no lo hace, tiene también derecho a parar y a decir que no. Otros deportistas como Ricky Rubio también pararon y no por ello han dejado de ser los deportistas que fueron.
Podría hablar mucho más del deporte de competición en los niños, en los inicios, en lo perdidos que nos encontramos los padres cuando nuestros hijos destacan pero no les ponen puentes de plata para que sigan compitiendo. En lo duro que resulta dejar a una hija en las montañas italianas solo para que compita entre pueblos sin ningún tipo de apoyo, o en que después de siete años de intensos entrenamientos alguien decida que mejor no apostar por él. De un día para otro en pretemporada. Tal vez algún día hable de tenis y fútbol en niños.
De momento, todo mi apoyo a @carlitosalcarazz. Que se recupere, que se escuche y que sea feliz. Es lo único importante.