Si consultamos el diccionario de la RAE hay múltiples definiciones del término “derecho”. Quizá la acepción “derechos fundamentales” sea lo más próximo al concepto que se está perdiendo: m.pl. derechos, que por ser inherentes a la dignidad humana y por resultar necesarios para el libre desarrollo de la personalidad, son normalmente recogidos por las constituciones modernas asignándoles un valor jurídico superior.
Titulares como los de Iker Seisdedos en El País: “La sentencia sobre el aborto agrava la polarización de Estados Unidos” o Elvira Lindo: “Abortar es un derecho y así hay que decirlo” o Pere Cervantes: “Rifles sí, aborto no”, entre muchos otros comentarios de personas conocidas o no, tertulias radiofónicas o programas de televisión.
¿Qué está ocurriendo en el mundo?¿Por qué esta falta de libertad, esta regresión? ¿Por qué se pierden los derechos conquistados que tanto logró conseguir?
He leído hace poco a Douglas Kennedy en su novela “Los hombres tienen miedo a la luz” donde lo que parece una novela de vida cotidiana se convierte en un thriller donde aparecen las peores pesadillas de los americanos. Un retrato de extremismos de nuestro tiempo donde elabora una trama con un tema tan actual como el tratamiento del aborto en Estados Unidos, la influencia de la religión y las armas como solución a todos los problemas.
No son indiferentes los artículos que he reseñado. Si no podéis conseguirlos os los facilito. Tampoco el libro. Es de editorial Arpa. Me parece sorprendente que en pleno siglo XXI sigamos así, dando medio paso al frente y veinte de retroceso.
Conozco a amigas que abortaron por diferentes motivos en el siglo pasado. Una en Amsterdam, otra en una clínica perseguida en España. Yo defiendo la vida. Y por eso defiendo la libertad de decidir lo que uno quiera hacer con ella. No que decidan los demás por ti.
Las leyes, los derechos, tienen que existir para todos, para que puedan ser utilizados por todo el mundo, sea de la ideología que sea, piense como piense, y crea en quien quiera creer.
Pero las leyes deben existir para no perjudicar los derechos de nadie.
Cada ley que anula libertades nos mata un poquito a todos. Que en cada estado estadounidense tengan que pelear por algo que ya estaba conseguido significa un retroceso vital al que nadie debe sumarse.
Peleemos por nuestros derechos. No crucemos umbrales de retroceso.
La fecha
Su secretaria le confirmó la cita. El lunes próximo tendría que firmar los papeles. Miró la fecha en el calendario y se preguntó por un momento cómo había llegado hasta allí, cómo habían llegado hasta allí. Noviazgo, amor, una casa, tres hijos... Tal vez nunca...