Era el día más importante en la vida de mi querida amiga.
Me pidió que pasara con ella todo el tiempo posible.
Para calmar mis nervios, decía.
Maquillaje. Peluquería.
Estaba preciosa. La felicidad de su corazón se reflejaba en su mirada, en su sonrisa, en todo su cuerpo.
Yo me sentía feliz por ella. Se casaba con el hombre de su vida.
La lástima es que a mí me hubiera gustado que el hombre de su vida lo hubiera sido de la mía.