Según la RAE las acepciones de claroscuro pueden ser varias.
* Contraste acusado entre la luz y las sombras en un cuadro.
* Aspecto que ofrece la escritura mediante la combinación de los trazos gruesos, medianos y finos de las letras.
* Conjunto de rasgos contradictorios de una persona, de una situación o de una cosa.
* Pintura o dibujo con un solo color.
La combinación de todos los conceptos me lleva a mi estado de ánimo en los últimos días. Existe ese contraste entre luz y sombras no en un cuadro, sino en la vida.
Los últimos días, tal vez los últimos meses han sido un ir y venir vertiginoso de noticias y comentarios públicos en medios informativos y en redes sociales que hacen que por un momento no quieras mirar noticias ni oír radios ni ver nada que te saque de tu entorno. Tal vez sea una postura egoísta, pero por estar más triste que nadie no ayudas.
Puedes intentar en la medida de lo posible seguir al tanto de las noticias de los dagnificados por la Dana, del dolor de las familias y contribuir en la medida de tus posibilidades a paliar sus daños. Pero eso significa que tú también vuelvas a tu normalidad, que no estés permanentemente conectado porque con eso no les ayudas.
Otra opción es comprar botas de goma y correr a Valencia, pero uno tiene que tener en la cabeza la claridad de que una cosa es ayudar y otra entorpecer. Probablemente lo más importante será que no se nos olvide, que intentemos comprarles en cuanto despeguen, que sigamos haciendo gasto a ese comercio de proximidad o que las asociaciones que lo necesiten reciban nuestras donaciones pasado un tiempo. Ahora hemos cubierto un poquito.
Es importante seguir cubriendo. Ya pasó en Lorca y pasó en La Palma. Intentemos que no pasé en estos lugares donde el daño es incalculable en lo emocional y en lo material.
Contradictorio también mi ánimo, espíritu de claroscuro porque quiero salir sin salir del dolor y cuando recibo buenas y felices noticias también recibo noticias preocupantes de quien quiero mucho. Ese cóctel es complejo de gestionar. Uno tiene que echar mano de sus recursos. De esa positividad compulsiva que me adjudican para poner todo el empeño en ver luz, en desear luz, en apoyar la luz.
Ser positivo en momentos de claroscuro no es tarea fácil pero hay que intentarlo. Si tú estás bien, consigues que los demás estén bien. Y es necesario estar bien. También es posible permitirse a veces (sólo a veces) un poquito de bajón, pero hay que levantarse y plantar cara a la vida. Solo se vive una vez, y cada día, cada momento, cada minuto vivido, cuenta. No hay que desfallecer. Hay que buscar lo que a uno le hace bien: leer, escribir, pasear, charlar, un poco de deporte, un poco de música, una buena película, un poco de chocolate… Una sonrisa en persona y si no es posible, por videollamada.
Algunos se van, pasaron de refilón; quedan las familias y los abrazos. A veces se puede hacer poco más, pero por lo menos, un abrazo.
Y también noticias personales muy buenas: mudanzas, ropa de bebé, luz y estabilidad. Alegría sin duda. Mucha alegría.
Mis recomendaciones: si tienes ganas de llorar, no llores solo.
Ponte una película: Casablanca, Memorias de África, Los puentes de Madison, Gladiator… Llorarás más a gusto y además de desahogarte, lo pasarás bien.
Lee un libro: Mapa de soledades de Juan Gómez Bárcena, Mujercitas de Louise May Alcott, La Mentira de Marta Fernández, Todo esto te daré de Dolores Redondo. Géneros muy distintos, que son capaces de atrapar tu mente y dejarte respirar.
En música, cualquier clásico es bueno. Las bandas sonoras de Hans Zimmer son buenísimas para relajar.
Cada vez soy menos de ver series pero estoy terminando de ver Rapa en Movistar. Su tercera y última temporada. Muy bien hecha, muy buena interpretación, muy humana.
Queridos todos: creo que la mayoría de las personas estamos pintados de claroscuro, ese contraste de positivo y negativo, luz y sombra que es la vida.
Feliz semana. De corazón.