Siempre me había resistido a apuntarme a clubs de lectura porque estaba convencida de que me iban a quitar tiempo para leer.
Y así ha sido. He ido apuntándome cada vez a más y me está siendo difícil compaginar los libros seleccionados por otros y los que yo quiero leer, más los que tengo que leer para comprobar datos o historias de la novela que estoy terminando.
Sólo me apunté a un club digital, @bespanish ya que su directora @anagrenville vive y trabaja en Londres; no he podido resistirme a algunas selecciones de @amapolaslibreria como la última de “La señora Dalloway” de Virginia Woolf; he conseguido ponerme al día con las lecturas del @clublecturamiercolesnoche, que me resultan muy atractivas como “Al final de la noche” de Nir Baran o el leído el mes pasado, “El pacto del agua” de @abraham.verghese.official y la colaboración con @espacioatella y @cmorenas en #deleitandoletrashilvanandohistorias, que nos llevó a comentar “El vestido” de @authorjenniferrobson también el mes pasado.
Mientras tanto escucho en audiolibro “Yoga” de #emannuelleCarrere y “Nunca delante de los criados” de Frank Víctor Dawes.
Todo esto sin contar los que tenía previsto leer en los primeros meses del año, como “Septología” del premio Nobel Jon Fosse, “Escritoras” de Carmen G. de la Cueva y Ana Jarén, “Heredarás la tierra” de Jane Smiley o “Lecciones de química” de Bonnie Garmus que se encuentran totalmente aparcados.
A eso sumaré los libros de César Pérez Géllida, reciente premio Nadal, con “Bajo tierra seca” o “París despertaba tarde” de Máximo Huerta comprado recientemente en su librería de Doña Leo o el publicado por Isabel Arias, “Cuando volvamos a vernos”. Puedo añadir también el que presentará el jueves @EstherGinest, “Hacia la distancia calma”.
Creo que voy a retirarme de las novedades y de los clubes de lectura hasta que termine la corrección de mi última novela. Cuando leo no dejo de pensar en mejoras que puedo realizar en la misma a través de las lecturas que tengo entre manos. Tengo que parar antes de que la lectura deje de ser un placer.
Nunca he apuntado cuántos libros leo o escucho. Las obras que comento en Instagram o en mi web son sólo unas pocas de las que normalmente leo. Son las que destaco por algo que me ha gustado o me ha llamado la atención. No me gusta contar por qué no me ha llenado un libro, porque puede que ese mismo trabajo o ese autor tenga un montón de seguidores que no tienen por qué escuchar por qué alguien no opina como ellos. Sí comento los que por alguna misteriosa razón llegan a mí y me acompañan en mi camino.
También estoy aprendiendo a abandonar los que no suscitan mi atención. Antes era incapaz. Incluso tengo un montón de los abandonados pendientes de retomar. Los abandonos de este año no pasarán a ese montón. Bien abandonados quedan.
Mientras tanto seguiré con mis lecturas para atender a todos los proyectos de momento. No creo que me embarque en más, pero a veces es inevitable comprar un libro más o dejarte atrapar por ese club de lectura que va a comenzar esa obra que siempre has querido comentar.
Lo dicho. No tengo remedio.