Para atender las recomendaciones de la escritora, he leído el primer libro de la saga, aunque comencé por el último.
Por lo menos en estos dos se pueden leer de forma independiente, y ya tendré que leerme también los tres intermedios que conforman de momento #loslibrosdelPuertoEscondido (cinco hasta ahora) publicados por @editorialdestino.
Dos tramas, dos momentos históricos, un suceso inesperado (el hallazgo de un cadáver de un bebé momificado al realizar obras en una casona de Cantabria) y las páginas de un diario que parten desde la guerra civil y la posguerra. El pasado y la actualidad discurren por dos narrativas distintas hasta que se entremezclan.
Como os digo siempre, a una novela policíaca o thriller o novela negra (se pueden calificar de las tres maneras o de ninguna; tiene de todas pero no es propiamente un único género) lo que se le pide es que entretenga, que te haga seguir la acción de la historia, que las narraciones, el hilo de lo que se cuenta y los personajes estén bien construidos y que te invite a leer, a entretejer los hilos narrativos y a querer apostar por quién es el asesino.
Desde Agatha Christie es un vicio de lectora el querer saber desde las primeras páginas quién es el malo y descubrirlo. Últimamente me pasa cuando veo una serie de televisión y al final tienes que reírte de ti mismo jugando a desentrañar quién es el asesino, o la asesina. Ahí lo dejo.
Los personajes de Jana, Valentina o el del joven Oliver te hacen seguir leyendo. Así lo haré con las siguientes de la saga. Me gusta encontrarme con conocidos y volver a verlos en siguientes novelas. ¿Vicio adquirido cuando era más joven con Enid Blyton y Los cinco o Torres de Malory?