En estos días grises de nieve y lluvia en algunos lugares, sólo de frío en otros, deberíamos ser capaces de aprovechar ese tiempo que invita a quedarse en casa y leer todo eso que vamos acumulando, esas listas de pendientes que podríamos rebajar en fines de semana invernales como este primero de marzo.
Pero a veces esos momentos hogareños hacen que remoloneemos más y ni leamos, ni hagamos sesiones de película y manta, incluso que ni siquiera hojeemos el periódico.
¿Qué hacemos entonces? ¿Perder el tiempo? A veces también es bueno dejarse llevar y alejarse de la productividad. Mi última lectura, “Gozo”, de @azahara.alonso editada por @siruelaediciones invita a no tener planificado cada minuto de tu tiempo, a dejarse llevar en algún momento de la vida por la no racionalidad que se espera de nosotros.
Dice @jmarquesmartin en “El hombre que ordenaba bibliotecas”, editado por @editorialpretextos, que <<Triunfa en la vida aquel que es dueño de su tiempo, libre de poder invertirlo en lo que ama, en lo que le motiva>> pero para eso deberíamos aislarnos como recomienda Leila Slimani en “El perfume de las flores de noche” editada por @cabaretvoltarire_ed: <<Me gustaría dedicarme solo a las palabras, olvidar lo que constituye la vida cotidiana, preocuparme solo del destino de mis personajes>>.
Tal vez sea un poco exagerado, pero después de holgazanear, atender al móvil, avanzar en alguno de los libros pendientes, mis personajes siguen esperando una última revisión, aprovechando la tarde de frío domingo. Y ya no sé qué excusa darles, si es que no quiero separarme de ellos, si es que sigo pensando en dar un vuelco a la historia, si es que las eternas correcciones se convierten en adictivas para una aprendiz de escritora como yo.
Quizá el problema es no tener editor. Si tuviera editor, tendría fecha de cierre y entonces el tiempo sería finito. Se cumplen en este mes dos años de la salida de mi última novela, autoeditada, “Y la vida se detuvo” y mi intención es buscar editor para mi tercera publicación. Tendré que ir echando el cierre a las vidas de Josefa y Juanita para poder reorganizar mi tiempo.
El atmosférico y el otro.
Y que mis personajes disfruten de su tiempo. Que va siendo hora.