Dándole vueltas al último contrato cada vez que me giraba en la cama.
Volvieron a decirme desde la editorial que no me publicarían con mi nombre. La última novela les había encantado y al “autor” le fascinaba su final.
Me subirían el sueldo un diez por ciento mensual y aumentarían en cinco días mi quincena de vacaciones.
Pero no. No publicaría con mi nombre. No me conocía nadie.
En cambio, el creador de bestsellers cosecharía un éxito más.
La fecha
Su secretaria le confirmó la cita. El lunes próximo tendría que firmar los papeles. Miró la fecha en el calendario y se preguntó por un momento cómo había llegado hasta allí, cómo habían llegado hasta allí. Noviazgo, amor, una casa, tres hijos... Tal vez nunca...