Hacía mucho que no viajaba sola, no comía sola en un restaurante o dormía sola en un hotel.
Hace algún tiempo iba con mi hija pequeña a torneos de tenis a los que podía ir a verla de lejos y acompañarla, pero siempre en la distancia. Y en ese tiempo, mientras no había partidos en los que apoyarla, estaba sola: viajaba sola, comía y cenaba sola y dormía sola. Aprovechaba para leer, ver museos, conocer iglesias o disfrutar de la gastronomía de lugares a los que probablemente nunca iría de vacaciones.
Ya hace un tiempo que el tenis está en mi vida como espectadora, normalmente por televisión, excepcionalmente este año en Roland Garros. Pero decidí dedicarme un tiempo a mí misma y hacer algo que realmente me gusta mucho: acudir a un certamen de literatura y vino. #blacklladolid22, organizado por @cpgellida y amadrinado por @dolores_redondo ha sido una maravillosa experiencia. No conseguí entradas para todos los días, pero sí estuve en la inauguración y el viernes tarde y sábado mañana. El escenario, magnífico: el castillo de Fuensaldaña, en Valladolid.
El resto lo he visto por ordenador y os invito a que lo veáis también vosotros a través de su página web. El primer festival, el de 2021 y el de este año. Espero no perderme el siguiente, dedicado a Literatura y Música.
Son esas cosas que dejas de hacer, porque no tienes tiempo, porque el trabajo, porque la vida, porque los hijos, porque los padres… y de verdad son momentos que te hacen sentir y disfrutar. Cuando era más joven iba a la feria del libro con mis ahorros y me encantaba hacer las colas y que me firmaran mis autores favoritos. Con el tiempo dejé de hacerlo y en los últimos años he retomado esa ilusión, y es un gusto ver la firma de aquellos con los que tanto disfrutas y tantas horas convives en el comienzo de un libro en exclusiva para ti.
Tuve el placer de compartir unos minutos con mi admirada Dolores Redondo, emocionada por poder abrazarla y deseando que el 16 de noviembre salga su próximo libro #esperandoaldiluvio. Volveré a su presentación y su firma. La mejor escritora de la cara norte que se puede leer. Si es por la noche, mejor acompañado.
Agradecer a César y a Moisés también su cariño y su buen hacer en el certamen.
Me encanta volver a mis nuevas/viejas experiencias. Te quitas años de encima y te sientes viva. Me quedo con las palabras de Dolores en la inauguración, que tomaba prestadas de otra gran autora, Almudena Grandes: «No hay amor sin admiración».
Mi amor, mi admiración, mi respeto y mi cariño para las grandes escritoras de este país.