Dice mi amiga Pepa que siempre hay que tener fechas señaladas en el calendario: para viajes, para comidas, para conciertos, para teatro… Y yo la hago caso porque Pepa es sabia.
Tenemos que tener una parte de nuestra vida planificada, aunque defendamos el aquí y ahora. El momento presente. Sí. Es lo más importante, porque toda la vida nos enseñaron a recordar el pasado y pensar en el futuro. Pero no nos enseñaron que si miramos tanto atrás y si pensamos todo el tiempo en pasado mañana, la vida se nos escurre entre los dedos como el agua en una fuente.
Pero es importante tener planes. Ponerle fecha, reservar y sacar billetes para ese viaje que querías hacer. «Lo apuntamos para después de la revisión del médico. Bueno, no. Mejor antes por si acaso.» Y buscas el hotel e investigas restaurantes y las iglesias o museos que tienes que visitar. Y aparece el horizonte. Cercano, pero horizonte. Tu rutina tiene una estrella que te sacará de ella para darte más vida, para regresar cansado y feliz.
Revisas el calendario, los cumpleaños, las exposiciones, el teatro, la cena con amigos… y te da felicidad tener el mañana inmediato enmarcado en círculos con breves anotaciones que te hacen sonreír. Disfrutas desde el momento que planificas.
Igual pasa con los proyectos. Cuando ya no cumples cincuenta, buscas hacer todo aquello que la vida con sus prisas y exigencias no te ha dejado hacer. Si tienes la suerte de haber soñado siempre con hacer algo que no pudiste (en mi caso escribir) es una satisfacción poder hacerlo cada día. Levantarte y organizar lo que tienes que leer, el diseño de tu nueva novela, las fechas, los personajes, el fondo histórico… no puede quedar nada al libre albedrío. Cartulinas con señaladores, inagotables cronologías, descripciones de tiempos, espacios, personajes que un día no te pertenecerán, pero que ahora están en tus manos, son tuyos. Y puedes manejarlos a tu antojo.
Hay muchos proyectos que requieren tiempo y esfuerzo: ir al gimnasio, organizarse la comida, hacer diez mil pasos… todos son importantes. Nada es superfluo. Todo es necesario e importante.
Busca y apunta. Fechas y proyectos. La vida.