El Sistema de Posicionamiento Global (GPS: Global Positioning System) es un sistema que permite posicionar a un dispositivo sobre la Tierra y localizar caminos, carreteras y cualquier localización que busquemos. La brújula, instrumento de orientación más antiguo, utiliza una aguja imantada para señalar el norte magnético.
Nunca supe utilizar una brújula. Creo que sólo marineros o montañeros avezados saben hacerlo. En el mar, ni me atrevo. En la montaña, alguna vez lo hice y perdí el norte. Acabé con mis compañeros durmiendo al raso. Experiencias de la vida.
Pero ahora no puedo vivir sin GPS. La voz de esa chica que nos dirige y nos obliga a ir a la derecha o tomar la tercera salida de la rotonda, o a veces a cruzar sembrados entre viñedos por carreteras perdidas en pueblos de Francia, es fundamental en mis viajes, e incluso en muchos desplazamientos en mi ciudad. Recuerdo hace unos años cuando el copiloto desplegaba el mapa de carreteras hasta casi meter el plano en el volante del conductor y nunca encontraba el punto de destino a la primera, avanzando y retrocediendo en los mapas plegados hasta que cerrabas todo y pasabas a guiarte por los letreros y según te acercabas a tu destino, parabas y preguntabas a cualquier viandante que tuviera a bien escucharte. El año pasado en Portugal éramos incapaces de llegar a nuestro destino. El GPS registraba dos lugares llamados de la misma forma y te llevaba a un punto indeterminado de los dos. Los señores de la carretera nos ayudaron a llegar correctamente sin tener que atravesar un cementerio y un viñedo.
Lo que no tengo tan claro y no sé vosotros qué hacéis, si os dejáis llevar por vuestro propio GPS o vuestra brújula en la vida. ¿Os habéis marcado un camino? ¿De jóvenes? ¿O de mayores? ¿Habéis cambiado mucho de idea? ¿Sois de planificar? ¿O improvisáis?
Hoy en día es difícil casi ir a tomar un café sin reservar. No digamos comer en un sitio especial siendo más de dos personas. Si quieres vivir en un sitio determinado más vale que empieces a ahorrar y compres sobre plano. Nunca tendrías dinero para vivir en ese sitio el día en que te decidas. ¿Planificamos más que antes, o nos obligan a planificar? Las vacaciones son más baratas si las reservas casi de un año para otro. Pero, ¿y todo lo que puede ocurrir en ese año?
De todas formas, eso es lo material, lo físico, pero ¿y lo intangible? ¿Programas también toda tu vida? ¿La vida te programa a ti? Utilizas el GPS o la brújula como una primera idea y después dejas que la vida te lleve…
Máximo Huerta dice en “Firmamento”: <<Para conseguir un final feliz, hay que sumar muchos fracasos>>. Yo diría que para conseguir ese final feliz hay que sumar muchas experiencias. Unas buenas; otras, no tanto. No podemos pretender seguir un camino trazado y cuadriculado. El GPS a veces se equivoca y te lleva por el sembrado. Tú tienes derecho a equivocarte, a aprender, a cambiar, a modificar la ruta que tú mismo te marcaste. Y no pasa nada.
A veces el camino más sencillo es el más directo. Aquel que te lleva a la felicidad. Sin brújula ni GPS.