Entramos en la sala principal del castillo. Impresionante con su órgano, que parecía una
iglesia. Mis hijos se arremolinaron en torno al letrero. Los mayores, entusiasmados,
comenzaron a tocar las teclas. Un misterio se desvelaría si conseguían adivinar la clave
correcta. Anna y James fracasaron en sus tres intentos. Pero el pequeño Henry acertó a la
primera. Y el fantasma apareció.
La fecha
Su secretaria le confirmó la cita. El lunes próximo tendría que firmar los papeles. Miró la fecha en el calendario y se preguntó por un momento cómo había llegado hasta allí, cómo habían llegado hasta allí. Noviazgo, amor, una casa, tres hijos... Tal vez nunca...