Comienzo este blog, este cuaderno personal de reflexiones, de escritura impulsiva, pensando en que es una manifestación de la vida misma.
Y la vida misma son nubes y sol. Las nubes aparecen en nuestra vida, sin quererlo. A veces descargan lluvia, y otras, solo tintan el cielo azul de manchas blancas, de piedras que nos encontramos en nuestro caminar. El sol es resplandor, es vida, es calor, es amor y es libertad.
Pero todos los días no hay sol. La luminosidad no aparece porque sí. La luz llega si tú trabajas para que llegue, si recorres el camino cada día que te hace sentirte feliz. Siempre digo que deberíamos vivir cada día como si fuera el primero, y a la vez el último. Primero, por la capacidad de sorpresa que debería aportarnos cada día de nuestra vida, y último porque así seríamos capaces de disfrutar del momento y si acaso se convierte en el último porque los hados así lo deciden, que seamos personas que saben apreciar que el último día fueron felices.
Os deseo un día feliz.