Vivimos en un mundo trepidante en el que las noticias se suceden a un ritmo vertiginoso y las noticias de hoy matan a la actualidad de ayer y serán pasado en cuanto lleguemos a mañana.
Pero esta semana pasada todos hemos asistido a un tema que saltaba a diarios, programas de noticias en radio y televisión, de debate… Todo ello a través de una portada de la conocida prensa del corazón. También ha salpicado a políticos y a opinadores nacionales.
Y parece que uno tiene que posicionarse: a favor o en contra. El tema, supongo que no os pillará por sorpresa: Ana García Obregón ha sido madre por gestación subrogada a los 68 años de edad.
Lo que ocurre es que este tema tiene otros muchos detrás, que no creímos nunca que se lanzaran a debate público como si no hubiera un mañana.
No sé si es la cercanía electoral, las desavenencias políticas entre partidos semejantes, la falta de liderazgos y la mentira generalizada entre quien nos representa. No lo sé. Pero da igual que hablemos de derechos de las mujeres, de manifestaciones, de leyes no bien terminadas, de los derechos de los trans o el aumento de la violencia de género.
Parece que hay que posicionarse : o conmigo, o contra mí.
No es tan fácil. Sobre todo si uno intenta no juzgar a los demás. Recuerdo cuando era bastante más joven, vivía en un entorno contrario al derecho al aborto. Me costaba mucho defender a mi alrededor la importancia de que hubiera leyes que aseguraran la seguridad tanto física como mental de las mujeres que optaran por ejercer ese derecho.
La ley debe existir. Luego tú puedes hacer uso de ella o no. Pero debe existir.
En el caso que nos ocupa se juzga todo. Y es justo lo que no debe hacerse. Hay muchas cosas que pueden ser cuestionables: edad de la madre ¿o abuela?, quién es el donante, si es del hijo fallecido si el esperma está contaminado por su enfermedad…
Hasta Javier del Pino y Juan José Millás han tratado el tema en la Cadena SER el domingo por la mañana. Nuria Labari en El País.
Son temas que avanzan según avanza la sociedad. Me imagino que mientras no le toque a uno de cerca es difícil posicionarse. Tampoco es necesario tener una opinión contundente en todo. Se puede evolucionar.
¿Y si Ana Obregón ha querido hacer realidad el deseo de ser padre de su hijo, deseo que no pudo cumplir? ¿Y si es una amantísima abuela? ¿ Y si la madre gestante puede sacar adelante a sus hijos con el dinero obtenido? ¿Explotación de la mujer? ¿Y los anuncios de prostitución? ¿Y las páginas porno permitidas que educan sexualmente a nuestros adolescentes?
Hay muchos temas y no todo es blanco o negro. Lo que sí es importante es que no juzguemos. ¿Sabes qué harías tú en su caso?