Pensaba no venir. ¿Qué pintaba yo viendo a los colegas después de quince años? No tenía ni el morbo de ver qué parejas seguían, ni la curiosidad malsana de contemplar fracasos profesionales. En el grupo de Whatsapp unos y otras contaban penas y alegrías con una indolencia que no me gustaba.
Nunca contestaba. Alguien me había añadido al grupo sin preguntarme si quería estar ahí.
Pero entonces recibí un mensaje en mi Whatsapp personal: <<Espero que vengas. Te estaré esperando>>
Bajé del coche y entré en el local donde nos habían convocado y la vi venir hacia mí entre la gente. Me abrazó con fuerza y dejó resbalar en mi oído: <<Llevo quince años esperándote. ¿Por qué has tardado tanto?>>
La fecha
Su secretaria le confirmó la cita. El lunes próximo tendría que firmar los papeles. Miró la fecha en el calendario y se preguntó por un momento cómo había llegado hasta allí, cómo habían llegado hasta allí. Noviazgo, amor, una casa, tres hijos... Tal vez nunca...