Nos conocimos en la fiesta de Navidad del trabajo. Insisto a los compañeros para que lleven a sus parejas. Todo es más cercano y divertido. Estoy separado y echo de menos esos planes festivos casi familiares. Era el primer año de su marido en la empresa. Cuando me la presentó mi vida dio un vuelco. Una corriente me atravesó al tomar su mano y darnos dos besos.
Desde entonces no dejo de pensar en ella. Desde entonces traiciono a uno de mis mejores empleados. Desde entonces nos vemos en un céntrico hotel una vez al mes donde damos rienda suelta a nuestra pasión.
Desde entonces tomamos café en El Espejo haciéndonos los encontradizos.