Mi abuelo siempre pedía por un año más y yo le decía: <<abuelito, pide por muchos>>. <<No niña, no hay que ser avaricioso: cada año pedimos por el siguiente>>.
Cuesta aprender los pasos de la vida, pero no hay que correr. Hay que saber llevar el ritmo que corresponde en cada momento.
Pues eso, por un año más, porque cada día cuente, porque aprendamos a vivir el hoy y menos ayer y mañana, porque le hagamos la vida más fácil a los que están a nuestro lado, porque se cumplan un poquito nuestros sueños y que nos pillen trabajando que es la única manera de hacer que se cumplan.
Porque aprendamos a querernos, porque sólo queriéndonos nosotros mismos podremos querer a los demás.
Porque sepamos mirar con los ojos inocentes de los niños, porque así sabremos vivir sin maldad.
Cuando era pequeña me encantaba disfrazarme con ropa elegante de mi madre, de cuando ella era más joven, la noche de Nochevieja. Me encantaba arreglarme y bailar al son de los programas de televisión. Reírme. Disfrutar. Me sigo arreglando y sigo disfrutando todo lo posible para que así lo hagan los que comparten conmigo. Tal vez cuesta más cuando faltan personas a la mesa, cuando las ausencias se hacen dolorosas y tenemos que aprender a vivir distinto. Es ley de vida. Pero cuesta.
Os deseo paz y felicidad, salud, amor y amistad. Quien tiene estas cosas en su vida tiene el mayor tesoro del mundo. Y no seas avaricioso, si las tienes, comparte con los demás. Serás más feliz.
Feliz 2024. Con mis mejores deseos.