Soy Víctor. Tengo quince años y me pareció un rollo venir con mis padres de vacaciones a Marruecos. A mi madre, Estrella, le hacía ilusión. A mi padre, Víctor (me llamo como él) no le disgustó la idea.
Lo que no sabíamos es que la perderíamos para siempre. Desapareció tras un servicio del aeropuerto.
La policía local y la nacional no hicieron nada. Nos mandaron para España. Lo consideraron una desaparición voluntaria.
Ha pasado un año y mi padre sigue empeñado en buscarla. Quiere volver a Marrakech. Yo no quiero regresar. Malditas vacaciones.
Me da miedo desaparecer como ella.