Nací en los sesenta, y he cumplido sesenta. La década de los sesenta implicó cambios y avances para la humanidad que modificaron la forma de ver la vida. ¿Qué supusieron los sesenta? ¿Qué suponen mis sesenta?
En los sesenta, momento político convulso, se produjo la Guerra Fría, tras la Segunda Guerra Mundial y la crisis de los misiles del 62. Las personas salían a la calle a protestar por la guerra de Vietnam, y se sucedió la carrera espacial. Los soviéticos pusieron al primer hombre en la órbita espacial, Yuri Gagarin en el 61 y Valentina Tereshkova en el 63. En el 69 Neil Armstrong es el primer ser humano en pisar la luna.
El primer presidente católico John F. Kennedy, muere asesinado el mismo año en el que yo nací, en el 63 y ese mismo año Martin Luther King pronunció su discurso “I have a dream” desde los escalones del monumento a Lincoln en Washington. También moriría asesinado en 1968.
Entre el 61 y 62 se construye el muro de Berlín que no será derribado hasta 1989, con 154 kilómetros y más de 300 torres de control.
Entre el 62 y 65 se lleva a cabo el Concilio Vaticano II, convocado por Juan XXIII y clausurado por Pablo VI.
En el 66 fallece Walt Disney y en el 67 se realiza el primer trasplante de corazón en la historia por Christian Barnard. En el mismo año se produce la llamada “Guerra de los Seis Días” entre la coalición árabe formada por Egipto, Siria, Jordania e Irak contra el ejército israelí.
En el 68 la juventud se alza en lo que conocemos el Mayo Francés y también la Primavera de Praga. El mundo moderno llama a la puerta.
No olvidemos que la FDA aprueba la píldora anticonceptiva en 1960, fundamental para los primeros pasos de liberación de la mujer.
Al finalizar la década, en el 1969 nace ARPANET como prototipo de Internet, red de computadoras creada por encargo del Departamento de Defensa de Estados Unidos y el festival de Woodstock marca un hito con quinientos mil asistentes y la intervención de muchos cantantes que serán iconos de la música contemporánea.
En España a los sesenta se los conoce como la generación de los “baby boomers” con un incremento de la natalidad notable que acompaña al desarrollismo y modernización de la sociedad. Esos niños nacidos fundamentalmente en los años sesenta son los que están jubilados, próximos a jubilarse o acogidos a planes de suspensión de empleo en las grandes corporaciones, trabajadores agotados en el ámbito de los autónomos que continúan sosteniendo las infraestructuras del país.
Los sesenta, mis sesenta… ¿en qué confluyen, en qué difieren?
Para mí lo más importante es haber llegado hasta aquí. Muchos se han quedado en el camino y poder celebrar, poder cumplirlos, ya es una batalla ganada.
Por otra parte, y recordando los hitos de los sesenta, lo ganado al tiempo, lo apuntalado para avanzar socialmente, no se ha resuelto. Por desgracia.
Seguimos con tiempos convulsos en la parte política. Parece que fue ayer y siguen las mismas guerras, los mismos conflictos. La religión o el territorio como excusa y los muertos creciendo en batallas absurdas. ¿No podrían sentarse los que mandan y hablar y organizarse? Las diferencias, el hambre, la migración, el odio entre los hombres podría acabarse. ¿Es tan difícil hablar? ¿Renunciar a unos metros, a unas pocas tierras, a unos pocos alimentos? ¿Por qué nos cuesta tanto vivir en paz?
Sesenta años. Toda una vida. Ahora sabes que estás en la parte final. Estás en primera línea desde que faltan tus mayores. Eso quiere decir que ya ha transcurrido bastante más de la mitad de tu vida. No es momento de hacer balance, sí de mirar al futuro y saber fundamentalmente qué no quieres.
No quieres sufrir sin sentido, no quieres llorar más de la cuenta, no quieres malas palabras, malas miradas, no quieres tristeza, no quieres soledad.
Y quieres un poquito de alegría cada día: hacer una receta con algo de felicidad, una mezcla de abrazos y besos, una pizca de ilusión y disfrutar de los proyectos; los propios y los ajenos. Seguir cumpliendo sabiendo que cada día cuenta, que es importante estar y ayudar a quien lo necesite. Compartir con familia y amigos. Dar los buenos días y las gracias por cada minuto vivido. Y por la noche, agradecer haber vivido ese día.
Y luego, si es posible, seguir leyendo, seguir escribiendo, ir al cine, ir al teatro, ir a exposiciones, viajar, compartir con familia y amigos y ver a los niños crecer en su vida como personas buenas. Ver crecer a los hijos es algo maravilloso.
Los sesenta… la música de los sesenta, los libros de los sesenta, el cine de los sesenta… tanto por contar.
Hoy, mi celebración. Mis sesenta.
Gracias por estar ahí.
