Este libro de Carmen Martín Gaite, publicado por @anagramaed en 1992, desgastado por el uso y por los préstamos, lo he vuelto a leer en este comienzo de otoño como homenaje a esta muy querida escritora.
Creo que hay libros que es importante releer en momentos vitales distintos porque apreciamos distintas cosas, distintos valores en lo leído.
Las cartas que se escriben y no se envían Sofía Montalvo y Mariana León, dos amigas que se separan por un hombre, por la vida, por todo y por nada, y vuelven a encontrarse en la madurez, perdidas las dos en sus mundos diferentes y distantes.
La belleza en la escritura, el lirismo melancólico, la determinación de vivir en cada línea…
No, no es lo mismo leer este libro con veintinueve años que leerlo ahora con algo más del doble de edad. Pero la belleza se encuentra en cada página, en cada conexión de las dos amigas, en las ganas de vivir y cambiar ese mundo que a ninguna de las dos ha convencido del todo.
Me gusta mucho la literatura epistolar. En mis novelas procuro que haya cartas. En la primera, “Líneas paralelas”, los capítulos estaban escritos como si fueran cartas dirigidas a los personajes, aunque no lo fueran. Y voy retomando la escritura de cartas tradicionales, no correos electrónicos. Mis escritos en substack y en mi web de los domingos por la noche son una especie de cartas. Ahí somos de verdad. Carmen Martín Gaite es de verdad en sus dos caras, Sofía y Mariana.
Este verano leí “Ya nadie escribe cartas” de Jang Eun-jin, publicado por editorial Shiro y el lirismo de la escritura me ha recordado al de Carmen Martín Gaite.
¿Lo habeis leído? ¿Algo más de la autora? En esta semana de mujeres escritoras, es un pilar fundamental en nuestras letras.
Contadme.