Fui a la fiesta de Navidad donde trabaja mi marido. Llevaba apenas un año en la empresa. No me gustan mucho estas cosas, pero me pidió que le acompañara. Me presentó a su jefe. Me sacudió una corriente. Le di la mano y dos besos. Parecía que nos hubiéramos conocido en otra vida. Todo cambió desde ese día. Nos vemos en un hotel céntrico en Madrid donde damos rienda suelta a nuestra pasión una vez al mes.
Tomamos café en El Espejo, cerca de mi trabajo, como si nos encontráramos por casualidad. Estoy aturdida. Vivo como una autómata. ¿Se puede amar a dos personas a la vez?
Tomando café (Y IV) El marido
Fui con mi mujer a la fiesta de Navidad de la empresa. Llevaba un año trabajando allí y aunque no mezclo trabajo con vida familiar el jefe insistió mucho. Noté una sensación extraña cuando les presenté. Como si se conocieran de antes. Bromeamos sobre eso los tres. Mi...